¿Cuál libertad de expresión?


Cualquier actor político que se precie de ser democrático reconoce que lo mismo hay aliados que adversarios, todos ellos legítimos. Pero para la 4T solo los aliados tienen derecho a existir y a expresarse
LIC. PAULINA SILVA,
DIRECTORA DE COMUNICACIÓN SOCIAL,
PRESIDENCIA DE LA REPÚBLICA:
+ Libertad: facultad natural que tiene
el hombre para obrar de una
manera u otra.
Vaya mensajes contradictorios que salen de Palacio Nacional.
El martes pasado, la presidenta Claudia Sheinbaum acudió a la Convención de la Cámara de la Industria de la Radio y la Televisión, a quienes aseguró que “desde el gobierno de México lo decimos con claridad: no reprimimos, no censuramos, ni limitamos nunca la libertad de expresión; creemos y confiamos en ella”. Qué mejor que tal aseveración fuera una verdad irrefutable, pero no lo es.
México lleva siete años de escuchar denostaciones a los medios de comunicación, particularmente a la prensa escrita, cuando se difunde información que no es proclive a la 4T. Ciertamente durante la gestión claudista ha disminuido la virulencia, pero no ha parado.
A lo que voy es que se sigue mostrando una predisposición a deslegitimar a las voces críticas y a los medios que les dan espacio, mismos que son englobados bajo despectivos estereotipos como “los de siempre”, a quienes “no les importa ni el país ni las familias que sufren, sólo regresar al poder para su beneficio”. En vez de desarmar las críticas con argumentos y datos duros, se continúa con la narrativa polarizante del expresidente López Obrador.
El caso más reciente fue la andanada de denostaciones presidenciales vertidas durante la mañanera por el manejo dado a la noticia del asesinato del presidente municipal de Uruapan, Carlos Manzo. La principal observación de los medios fue que el munícipe había solicitado ayuda a la Federación y ésta no habría llegado, observación que la mandataria tomó como una afrenta personal y respondió con enojo. La reacción presidencial fue vista desfavorablemente en la gran mayoría de los medios de comunicación y redes sociales, lo cual seguramente influyó en un rápido control de daños mediante el lanzamiento del Plan Michoacán.
Otro caso reciente es la marcha del próximo día 15 convocada por el movimiento Generación Z México. Al respecto, la presidenta dijo que “la manifestación que están convocando supuestamente a jóvenes de una generación no tiene nada que ver con una protesta genuina. Vamos a ver cuáles son las cuentas que la promueven, porque no surgió de los jóvenes, sino de los mismos de siempre”. Y nos la cumplió.
En la mañanera de ayer, Miguel Ángel Elorza Vázquez, coordinador de Infodemia de la Presidencia, hizo una reseña para “demostrar” que la marcha era una oscura maniobra de la derecha, incluso de la internacional.
En su reporte, Elorza señala que hay una maligna operación sincronizada, cuando bien podría tratarse de que el tema de la marcha haya generado interés en la población. En el mismo tono señala a influencers que incorporaron la marcha a su temática habitual, como si no tuvieran derecho a hablar de política; entre líneas, el reporte deja caer que han sido pagados para opinar a favor de la marcha y en contra de la 4T. El meollo de su argumentación es que no puede haber gente que no comulgue con la 4T a menos de que quieran abogar por los privilegios de los de siempre.
Tampoco hay que ser tan ingenuo como para no darse cuenta de que diversos actores políticos y sociales han querido montarse en la ola de la marcha. Pero me pregunto si hay alguna limitación legal para que la derecha o la oposición esté impedida para hacerlo. De acuerdo con el reporte de Infodemia, que el grupo Sociedad Civil reposteé los mensajes sobre la manifestación es indebido. Pero como que no están midiendo con la misma vara, doña Paulina; ¿cuántos sucesos no fueron aprovechados por los morenistas para sacar ventajas políticas? No vayamos lejos, el caso de los 43 de Ayotzinapa fue un caballito de batalla del lopezobradorismo.
Y luego tenemos que Palacio Nacional ha sido rodeado por dos filas de vallas, como anunciando que está a la espera de un situación violenta. Me pregunto si es una táctica para disuadir a los interesados en la marcha, “alertándolos” de que dicho evento podría derivar en situaciones de peligro.
Con toda franqueza, doña Paulina, tenía la esperanza de que la doctora Sheinbaum fuera más tolerante y menos medrosa ante el 47% de la población que no votó por ella. Tenía la esperanza de que poseía la estatura política para dejar de lado la polarización y la satanización de los adversarios.
Cualquier actor político que se precie de ser democrático reconoce que lo mismo hay aliados que adversarios, todos ellos legítimos. Pero para la 4T solo los aliados tienen derecho a existir y a expresarse.
+ Con la colaboración de Upa Ruiz
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