Educación: cero calidad

Educación cero calidad

Mientras la política educativa no incluya el componente de calidad, seguirá produciendo alumnos mediocremente preparados para aspirar a una profesión y para enfrentar la vida laboral. Pero eso parece que es lo que le gusta a la 4T

LIC. MARIO DELGADO,

SECRETARIO DE EDUCACIÓN PÚBLICA:

La calidad comienza con la

educación, sigue con educación

y termina con educación.

Kaoru Ishikawa

Su reciente comparecencia ante el Senado arroja tres de buenas noticias, varias dudas y algunas malas noticias.

Dentro de las primeras está el objetivo de eliminar el analfabetismo en México para 2026; el esfuerzo será grande, ya que tendrán que abordar a algo así como 4.4 millones de personas mayores de 15 años que no saben leer ni escribir. La otra buena nueva es que la SEP se encargará de crear un millón de nuevos espacios en la enseñanza superior, a fin de alcanzar una cobertura de 44%; claro, falta ver que cumplan con la meta en los próximos años. La tercera buena noticia es que el magisterio ha recibido un sensible -y muy justo- aumento salarial, al llegar a un mínimo de 18 mil 700 pesos.

Ahora pasemos a las dudas.

La beca “Rita Cetina” se extenderá a los 20 millones de alumnos de primaria. Si se les da los mismos 900 pesos mensuales que actualmente reciben los estudiantes de secundaria, estamos hablando de 18 mil millones de pesos al mes o, si lo quiere ver de otra manera, de 180 mil millones de pesos anuales. ¿Seguirán operando las becas “Benito Juárez”? Estas últimas cubren a 13.3 millones de estudiantes de todos los niveles con un monto mensual de 11 mil 970 millones de pesos. ¿De dónde van a salir los dineros si las finanzas nacionales andan de capa caída? ¿Se seguirá endeudando al país?

Un defecto de las becas es que no incluyen ningún incentivo para que los estudiantes se esfuercen para conservarla; entiendo que lo que se quiere es que no haya limitaciones económicas para que los niños y adolescentes acudan a la escuela, pero lo que es gratis no se aprecia. No le digo que exijan nueve de calificación, pero sí por lo menos un siete.

En su comparecencia no habló de la calidad de la educación. Ya sé que a usted no le gustan las pruebas estandarizadas y que nada al respecto aparece en el Programa Sectorial 2025-2030, pero caray, un mínimo de responsabilidad en la tarea que se le ha encomendado. Mire, don Mario, en la última prueba PISA, México está rankeado en el lugar 51 de 81 países; ahora que, si nos comparamos con los 37 miembros de la OCDE, pues estamos en el penúltimo lugar.

Pasemos a los resultados: México descendió a 395 puntos en Matemáticas, perdiendo 14 puntos con respecto a la medición anterior; en Ciencias y Comprensión Lectora la cosa anda igual. Podemos alegar que la pandemia afectó a nuestros jóvenes, lo cual es parcialmente cierto, pues todos los países tuvieron un descenso. Sin embargo, la baja de nuestro país fue mucho mayor que el promedio mundial.

En otra comparecencia, ésta ante la Cámara de Diputados, usted comentó que darán mucho impulso a la oferta tecnológica a través de carreras como robótica, automatización, microelectrónica, ciberseguridad y la inteligencia artificial. Suena fenomenal, el problema es que los jóvenes que lleguen a esas carreras lo harán con una enseñanza en matemáticas muy deficiente. Baste recordar que la Nueva Escuela Mexicana eliminó el libro de texto de matemáticas, porque tuvo la brillante idea que enseñarla como una materia transversal.

Y me temo que peor se va a poner la calidad de la educación ahora que desaparecerá la Unidad del Sistema para la Carrera de Maestros y Maestras. So pretexto de que “tiene que haber otra relación entre el magisterio y el Estado, pero esa relación no la vamos a determinar desde los escritorios del gobierno” dijo usted. “La Presidenta ha decidido que son los maestros y maestras quienes tienen que decidir. (…) Por eso haremos una consulta escuela por escuela, donde van a votar por el sistema que ellos decidan y después de eso vendremos aquí, al Congreso, a plantearles lo que los maestros determinaron” de cómo deben ser evaluados. ¡Uuuffff!

En todo trabajo, el jefe es quien pone los niveles de eficiencia y eficacia que debe cumplir el trabajador; claro, también debe escuchar a los empleados y tomar en cuenta sus inquietudes para llegar a un ambiente laboral sano y justo. Ahora dígame como es que los maestros a evaluar van a decidir cómo deben de ser evaluados, siendo que el Estado es el patrón, así como el que define la política educativa y los objetivos a alcanzar. Ya me imagino los métodos que propondrán los de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación que, por cierto, hoy y mañana pararán varias ciudades del país. ¿Usted cree que la CNTE le importa la calidad de la enseñanza que dan a sus alumnos?

Mientras la política educativa no incluya el componente de calidad, seguirá produciendo alumnos mediocremente preparados para aspirar a una profesión y para enfrentar la vida laboral. Pero eso parece que es lo que le gusta a la 4T.

 + Con la colaboración de Upa Ruiz

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