¿Michoacán y cuántos estados más?


Qué bien que ya tienen el Plan Michoacán. Vayan preparando el Plan para Guerrero y Colima, que no tardan en darnos una sorpresa
LIC. ROSA ICELA RODRÍGUEZ,
SECRETARIA DE GOBERNACIÓN
+ Ahogado el niño, tapan el pozo.
Refrán Popular
El domingo pasado en Palacio Nacional fue presentada la versión completa del Plan Michoacán por la Paz y la Justicia. Dicho Plan tiene de todo, 12 ámbitos con 100 líneas de acción que abarcan desde la seguridad hasta el turismo y el campo, pasando por infraestructura. Me entra la duda cuántas de esas acciones ya estaban programadas y cuántas son verdaderamente nuevas; en fin, lo importante es que se llevarán a cabo.
El Plan presenta indicios buenos y otros no tanto.
Dentro de los primeros destaca que el IMSS y la Secretaría del Trabajo se abocarán a proteger los derechos laborales de los trabajadores agrícolas y jornaleros. Como comenté en este espacio hace una semana, es inconcebible que Michoacán sea le principal productor y exportador de aguacate y quienes lo cosechan vivan en la pobreza total. También cabe aplaudir que además del Polo de Desarrollo del Bienestar del Bajío, ahora se vaya a abrir otro más para procesos agroindustriales y que se ubicará en Uruapan.
En materia educativa, es de celebrar que la beca “Rita Cetina” -que se supone ya es universal a nivel de secundaria- ahora vaya a llegar a 314 mil niños de primaria; a ver si luego hay recursos para mantener estos apoyos. Lo mismo puede decirse de los 10 bachilleratos tecnológicos que se construirán en la entidad, los 60 telebachilleratos para zonas indígenas y los 50 mil nuevos lugares para educación superior. Lo que no deben olvidar es la nefasta influencia de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación y que ha dejado al sistema educativo estatal entre los cinco peores del país.
Habrá para Michoacán 34 mil millones de pesos en programas sociales y, a riesgo de sonar repetitivo, mientras no se tengan índices de eficacia no sabremos si de verdad se está logrando un cambio o se está tirando el dinero a un barril sin fondo.
Dentro de estos programas sociales, veo que los apoyos de “Jóvenes construyendo el futuro” pasarán de 25 mil a 26 mil 500; suena regular, la verdad. Habría que poner mucha atención a los dedicados a los niños y jóvenes, a fin de evitar que caigan en las redes del crimen organizado. Al respecto, convendría que contactaran a la organización Reinserta, la cual ha estudiado el fenómeno de reclutamiento de menores por parte del crimen organizado para que se desempeñen como halcones, transportistas, extorsionadores y sicarios. No vayamos lejos, el asesino de Carlos Manzo apenas tenía 17 años.
Espero que, dentro del programa de Cultura para la Paz, se aboquen a la reconstrucción del tejido social en Michoacán. Si hay jóvenes reclutados por la delincuencia, lo más probable es que vivan en ambientes criminógenos, ya sea en el barrio o en la familia que les rodea.
Y, desde luego, están las líneas de acción para combatir al crimen organizado. Da la impresión de que el asesinato del presidente municipal y todas las consecuencias que trajo sí fue un fuerte llamado de atención para el segundo piso de la autodenominada 4T. Lo digo porque representantes del secretario de Seguridad y Protección Ciudadana, Omar García Harfuch, estarán visitando los municipios michoacanos. Además del efecto propagandístico, es de esperar que tales visitas gesten una mayor capacitación para las fuerzas del orden locales y una mejor coordinación entre los niveles de gobierno.
Lo que no queda claro es cómo van a operar los 10 mil elementos de las fuerzas federales que serán destinadas a Michoacán; me refiero, doña Rosa Icela, a lo expuesto por el secretario de la Defensa, general Ricardo Trevilla. Los elementos trabajarán por grupos según el delito del que se trate y éstos por regiones; lo digo porque una banda del crimen organizado lo mismo se dedica al trasiego de droga que a la extorsión. Es de esperar que los grupos se coordinen entre sí.
Otra duda surgió cuando el general secretario afirmó que “la operación consiste en sellar al estado de Michoacán para que grupos delincuenciales no entren ni salgan de la entidad.” Entiendo que lo que no quieren es que los malandros se muden cómodamente a otras entidades, que no haya un “efecto cucaracha”. Sin embargo, ¿se condicionará el libre tránsito? ¿Pondrán montones de retenes? ¿Cómo sabrán a quién detener?
El espacio se me acaba, señora secretaria, así que concluyamos. No veo en el Plan ningún horizonte temporal que permita ver que cada línea de acción tiene que empezar a dar resultados. Tampoco es evidente cómo irán embonando cada línea en el mapa general, de tal suerte que se genere una dinámica virtuosa; dicho sea de paso, ojalá también incluyan indicadores de éxito para cada una.
Resulta acertada la promesa de la presidenta Sheinbaum de rendir cuentas mensuales sobre el avance de las líneas de acción en Michoacán; eso habla de un compromiso serio con la entidad. Solo espero que sean autocríticos y que nos informen la verdad.
Qué bien que ya tienen el Plan Michoacán. Vayan preparando el Plan para Guerrero y Colima, que no tardan en darnos una sorpresa.
Con la colaboración de Upa Ruiz
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