México: Donde la impunidad se regodea


Como combata la presidenta Sheinbaum la corrupción y la impunidad tendrá un fuerte impacto en su liderazgo y legitimidad. Pueden ser puntos positivos o negativos; el tiempo lo dirá
LIC. LÁZARO CÁRDENAS BATEL,
JEFE DE LA OFICINA DE LA PRESIDENCIA:
El sábado pasado, durante su gira por Veracruz, la presidenta Claudia Sheinbaum dijo con firmeza: “Lo contrario a la honestidad es la corrupción, la que debe verse siempre como lo que es: la traición a todos los valores; es deslealtad. Por eso no puede tener cabida en nuestras instituciones”. Y lo dijo rodeada de miembros de SEMAR, dependencia que hoy se encuentra con todos los ojos encima por el escándalo del huachicol fiscal.
Un día después, en la ceremonia popular de su I Informe de Gobierno, remató: “En este México nuevo, la honestidad no es la excepción, es la regla. Y quien traicione al pueblo, quien al robe al pueblo, enfrentará la justicia. El poder no es para enriquecerse, es para servir con humildad”.
Ahora falta que sus palabras se vuelvan acciones a lo largo y ancho de su administración. Porque si bien el huachicol fiscal se estima con un daño al erario de 600 mil millones de pesos -1.5 veces la deuda de PEMEX con sus proveedores-, la corrupción se extiende a diferentes niveles por prácticamente todas las dependencias federales y estatales. Nada más recordemos que se tuvo que suspender la licitación de medicamentos porque los precios estaban inflados.
El desvío de los fondos que debieran dedicarse a los programas de gobierno hace un daño enorme a la sociedad; en palabras del François Valérian, presidente de Transparencia Internacional, “la corrupción es una amenaza mundial en progreso que no solo socaba el desarrollo, sino también es un factor decisivo en el declive de la democracia, la estabilidad y la protección de los derechos humanos. (El combate a la corrupción) es fundamental para hacer retroceder el autoritarismo y asegurar un mundo pacífico, libre y sostenible.”
E insisto, don Lázaro, falta que nos cumpla dicho combate porque en el caso reciente del huachicol fiscal se dijo que habría 200 personas involucradas, pero hoy en día solo 14 están bajo proceso.
La corrupción tiene una hermana siamesa que se llama impunidad y también ahí nuestro país cojea y mucho. Le platico de la investigación llevada a cabo por la Universidad de las Américas Puebla, titulada Índice Global de Impunidad 2024 (IGI). Con la pena, la vergüenza de que, de 94 países medidos, México se encuentra en el sitio 80 y es de los 20 con peores calificaciones.
En esta medición se acumulan puntos negativos; esto es, entre menos puntos acumule un país, mejor es su combate a la impunidad; así, por ejemplo, Alemania acumula -14.93 y ocupa el primer lugar. En contraste, México suma -46.19 puntos, muy por encima del promedio mundial que es de -31.6.
De acuerdo con la investigación, la calificación por la impunidad rampante que se da un nuestro país se debe básicamente a que en todas las categorías estudiadas y los indicadores incluidos estamos muy mal. Es decir, tenemos un problema sistémico, porque no es un solo factor, sino muchos. “Los resultados de México por cada dimensión son los siguientes: dimensión estructural de la seguridad (-46.22); dimensión estructural de la justicia (-34.79); dimensión funcional de la seguridad (-55.50); dimensión funcional de la justicia (-46.83), y derechos humanos (-47.60)”. El IGI incluye esta última categoría a partir que la corrupción/impunidad quita recursos a los cuales tiene derecho la gente.
El IGI explica las malas calificaciones de México en lo que denomina “reducidas capacidades institucionales para combatir la impunidad”. Si bien se ha lanzado la Estrategia Nacional contra la Inseguridad, falta que rinda resultados de mediano plazo, por lo menos. En el campo de la procuración de la justicia no ha habido ningún cambio sustantivo en la Fiscalía General de la República ni en las fiscalías estatales; tal vez y solo tal vez, cuando se logre conformar el banco de carpetas de investigación y de delitos pueda darse un avance, pero seguimos con un número insuficiente de ministerios públicos en todo el país, lo mismo que operadores capacitados para garantizar condiciones de seguridad, acceso a la justicia y respeto a los derechos ciudadanos. En cuanto a la impartición de justicia, licenciado Cárdenas, permítame dudar de que la Reforma al Poder Judicial dé algún beneficio a la sociedad.
Como ve, don Lázaro, falta que las palabras y la voluntad política demostrada por la presidenta se conviertan en acciones, en cambios institucionales, en casos emblemáticos de todos tamaños que sirvan de ejemplo a los servidores públicos de que, ahora sí, se van a barrer las escaleras de la corrupción desde arriba, desde abajo y por todos lados.
Como combata la presidenta Sheinbaum la corrupción y la impunidad tendrá un fuerte impacto en su liderazgo y legitimidad. Pueden ser puntos positivos o negativos; el tiempo lo dirá.
Con la colaboración de Upa Ruiz
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